Hospital Ángeles - Consultorio 3540 | Keppler 2143, Reserva Territorial Atlixcáyotl, Puebla, México
Hospital Ángeles - Consultorio 3540 | Keppler 2143, Reserva Territorial Atlixcáyotl, Puebla, México
25 Oct
Conservar la audición es indispensable para conservar nuestra capacidad de independencia funcional al envejecer, la sordera de tipo degenerativa (asociada con la edad, la herencia y los factores ambientales) afecta ampliamente a las personas mayores y se agrava conforme avanza la edad. Las estadísticas indican que 42% de las personas que padecen sordera a nivel mundial son mayores de 60 años. Y de todas las personas que padecen sordera mejorable con la utilización de aparatos auditivos menos del 16% los usan.
A pesar de la existencia y la eficacia de intervenciones en salud auditiva, la mayoría de las personas en Latinoamérica con pérdida de la audición enfrentan barreras para adquirir audífonos. La falta de servicios y recursos en salud, la falta de recursos humanos y de servicios para realizarlos, mantenerlos y arreglarlos, la poca conciencia del tema y el estigma en torno al déficit auditivo son algunas de esas barreras.
La pandemia por COVID-19 y la implementación de medidas de distanciamiento social y uso de equipos de protección personal, así como el uso de tapabocas, han aumentado las barreras entre las personas con déficit auditivo, ya que se han visto con mayor limitación para la interacción y comunicación en su entorno familiar y en la comunidad.
Se ha descrito la relación entre la sordera y el mayor riesgo de presentar deterioro cognitivo o intelectual. A nivel emocional puede generar depresión, aislamiento social y soledad, condiciones que se han relacionado con deterioro de la calidad de vida, sedentarismo e incluso mayor progresión del deterioro cognitivo. Todo lo anterior acarrea como resultado que a nivel social la sensación de inseguridad, estigma y aislamiento, así como su relación con alteraciones en la movilidad, mayor riesgo de caídas, menor velocidad de la marcha, menor actividad física, mayor incidencia de fragilidad y por ende, mayor discapacidad.
La sordera se considera como el factor de riesgo de daño intelectual con mayor potencial para ser mejorado y disminuir el riesgo de retraso o daño intelectual o neurocognitivo. Los estudios han sugerido el efecto protector de los dispositivos de asistencia auditiva como los audífonos a corto plazo, sin embargo, aún se requieren mayor cantidad de estudios longitudinales para tener evidencia con mayor poder en cuanto al efecto de la rehabilitación auditiva en la cognición. Por el momento, estudios de casos sugieren que el manejo de la pérdida auditiva puede disminuir las comunicaciones estresantes con los cuidadores y mejorar los síntomas del comportamiento asociados a trastornos neurocognitivos.
Referencias
Morros-González, E., Morsch, P., Hommes, C., Vega, E., & Cano-Gutiérrez, C. (2022). Retomando los sonidos: Prevención de la hipoacusia y rehabilitación auditiva en las personas mayores [Bringing back sounds: prevention of hearing loss and auditory rehabilitation in the elderlyRecuperando os sons: prevenção da perda auditiva e reabilitação auditiva em pessoas idosas]. Revista panamericana de salud publica = Pan American journal of public health, 46, e86. https://doi.org/10.26633/RPSP.2022.86